Publico otra entrega de los microrrelatos que cada vez me salen menos micro.
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Su
cuerpo yacía estirado sobre el asfalto. La cabeza en un postura grotesca, sin
duda, por tener el cuello rebanado, la causa de la muerte. Miraba al cielo con
los ojos muy abiertos. Unos preciosos ojos azules aun luminosos pero carentes
de vida. A su lado, en el suelo, unas enormes gafas de sol que siempre usaba.
Su asesino, su vecino, declaró ante la policía "No puede evitarlo, no
podía soportar lo que hacía. Ocultar esos ojos era esconder la más preciosa
obra de arte, era un crimen que... debía ser castigado".
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Se
mantenían la mirada desafiándose. A medida que pasaba el tiempo la tensión era
mayor. Un duelo, el arma elegida: los ojos. Pupila contra pupila.
Primero
ves toda la cara, luego te centras en las cejas y ojos. Observas los detalles,
la curva de los parpados, las pestañas, las coloraciones del iris, ... los
reflejos que devuelven. Te ves en ellos, tus propios ojos en los suyos. Y te
parece familiar, incluso comienzas a sentir cariño por ellos. De pronto, ganas,
la otra mirada se retira, y en cuanto se aparta de ti lo lamentas y comienzas a
añorarla.
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Llevaba
años haciendo juegos de palabras. Las partía, las fusionaba, les retorcía el
sentido, entremezclaba las de distintos idiomas, les deformaba su
pronunciación, ... les aplicaba todo tipo de mutaciones y distorsiones para
obtener la sonrisa ajena.
Un
día las palabras se revelaron y decidieron jugar con él. Al hablar no salían, o
salían otras que no tocaba, a veces salían del revés o en tono cambiado, o muy
alto o terriblemente grave. Fueron más allá, sus pedos eran hitakus, sus
bostezos eslóganes publicitarios, sus suspiros maldiciones. Cansado de esto y
los efectos que producía decidió cambiar su oficio por otro donde sus nuevas
formas de expresión quedasen disimuladas: se hizo político.
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Cuando
hizo su curriculum profesional estaba algo turbado, en lugar de empresas y
trabajos realizados escribió la lista de sus ex-parejas y el motivo por el cual
la relación había cesado.
La
jefa de personal al ver el documento supo inmediatamente que ocupación sería la
ideal para su perfil: le propuso ser su marido.