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miércoles, 21 de abril de 2010

Microrrelatos VI

Publico una nueva tanda de microrrelatos. El primero de ellos tiene poco de original, básicamente está copiado de una entrada del blog Más claro, agua.

Espero que os gusten.

Microrrelatos VI

Beso su imagen sobre el espejo. Sorprendentemente está le devolvió el beso. Aunque asombrado, continuo durante unos segundos rozando esos labios a la vez propios y ajenos. De pronto se separó y rompió el cristal, había recordado lo mal amante que solía era.

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Al reconocerle, a ella le cambió la cara. Una sonrisa de 1,20 € se le dibujó. Cariñosamente le saludo, por 3,45 €. A continuación le preguntó por la familia y el trabajo a coste de 5,05 €. Seguidamente, abordaron el tema que le interesaba. Concluido este, se despidieron, 3,75 € y quedaron para cerrarlo el próximo martes .
Seguía pensando que las comisiones por trato amable de su banco eran altas, pero merecía la pena un poco de calor humano, aunque fuese fingido.

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Llevaba 3 años impartiendo clases en aquella escuela. No había sido fácil. El barrio más que humilde era conflictivo. El trato con alumnos y padres era como pasear por el filo de una cuchilla de afeitar. Se había tenido que enfrentar a vándalos y camellos. Un trabajo duro, sin duda. Pero estaba feliz, en breve recibiría su diploma de la "universidad de la calle".

sábado, 3 de abril de 2010

Diálogos Anónimos II - El pub

Segunda entrega de los "Diálogos anónimos". Amplio mis intenciones con estos textos, quiero que poco a poco vayan contando una historia global através de las conversaciones de los personajes de cada episodio.


El pub


- Joder, tía. ¡vaya tetas que tienes!
- ¿Qué?
- Qué vaya tetas que tienes, me gustan mucho.
- Vete a la mierda
- Ufff, son una pasada
- …
- No sé cual me gusta más si la izquierda o la derecha
- …
- Es que me encantan, tía. No puedo dejar de mirarlas.
- …
- Oye, ¿puedo tocarlas?
- ¿Quieres dejarme en paz?
- Bueno, tía. Sólo era una pregunta y de buenos modos. Si no quieres no pasa nada, tranqui.
- …
- Pero que sepas que me molaría mucho.
- Si, ya imagino.
- Entonces, ¿me dejas?
- No.
- Una lástima… Oye, ¿son naturales?
- …
- Tus tetas. ¿Son naturales o de silicona?
- …
- Seguro que son naturales, tía. Son la leche… jajaja. Qué bueno. La leche. ¿Lo pillas? Tus tetas son la leche, jajaja.
- Sí, graciosísimo. Lárgate.
- A mi me parecen naturales. Te pegan. ¿Estás sola?
- No, por desgracia, no lo estoy.
- No me extraña. Claro, una tía como tú como va a estar… Ah, que lo dices por mi. Jo, tía, cómo eres.
- …
- Ey, ¿no serás lesbiana?
- ¿A ti qué c...?. Sí, soy lesbiana, la más lesbiana del mundo.
- Pues yo podría intentarte curar.
- Mejor podrías intentar irte a la mierda
- Oye, perdona. No te estaré molestando, ¿verdad?
- Sí, me molestas.
- Hostia, perdona tía, perdona. Yo no quería incordiarte. Te he visto aquí, sola. Bueno, sola no, con ese par de tetas por compañeras y he aluciando un poco. Pero, de verdad, ey, que no quería incordiarte. Me sabe fatal, ¿sabes?.
- Sí. Entendido, pero ahora largarte.
- Vale. Claro, sí, sí. Pero…
- ¿Qué?
- …
- No, no te voy a dejar tocarme los pechos.
- No, que no era eso. Bueno, sí, eso también. De acuerdo, pero es otra cosa, además.
- Pufff...¿Qué?
- ¿Te puedo dar mi tarjeta? No sé, por si algún día te apetece llamarme…
- No lo creo.
- Ey, tía, no seas así. Ahora, voy un poco bebido, bueno bastante, pero no soy mal tío, en serio.
- Vale, dámela y vete.
- Sí, sí, espera, la saco enseguida, gracias, tía.
- …
- Toma.
- Adiós.
- No tía, no la tires al suelo, Joder, estoy siendo muy legal contigo… jajaja.
- ¿Qué pasa ahora? ¿Qué te hace tanta gracia? No, quiero tu tarjeta, quiero que te vayas.
- Nada, una chorrada. Es que, ¿sabes?, soy abogado, bueno, acabé el año pasado, pero ya tengo curro. Y eso…que soy legal, jajaja ¿Lo pillas?
- Sí. Vete ya.
- No.
- Joder, eres un pelmazo ¿Quieres irte de una vez y dejarme tranquila?
- Si te guardas mi tarjeta. Quién sabe, algún día podrías necesitar una abogado… y yo podría … echarte una mano. Y ahora no me refiero a tus tetas molonas, aunque si quieres estaría encantado de meterles mano. Qué lo que necesites, yo te lo hago gratis. Lo que sea.
- Vale, muy bien, Trae la tarjeta.
- Toma. Me llamo Dani, lo pone ahí.
- Bien, la he guardado en el bolso. ¿Lo ves?
- Sí. ¿Pero no la tiraras cuando me vaya...?
- No, no la tiraré.
- ¿De verdad? Prométemelo. Me fio si me das tu palabra.
- Pufff, esto es ridículo... Sí, sí, te lo prometo.
- Vale. Así, sí.
- Adiós, Dani.
- Ehhh,... hasta otra, macizorra.