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domingo, 6 de septiembre de 2009

Microrelatos IV



Os hago participe de tres nuevos microrelatos. Alguno aun está calentito. Esta vez he intentado que no fuesen tan negativos y pesimistas como los de anteriores entregas, tarea nada fácil.

En esta ocasión, he tenido que recurrir al triste truco de poner enlaces a imágenes para que se entendiesen mejor los textos. No estoy nada orgulloso de ello, pues creo que menos de 1000 palabras sobran para mostrar mucho más que una imagen… y sino es así, es que el que escribe es un patata.

De todas formas espero que os gusten. En caso negativo, las reclamaciones en los comentarios :-)



Microrelatos IV


No le fue fácil, invirtió mucho tiempo y esfuerzo en ello, pero al final, lo consiguió. Fue la primera persona en poder comunicarse con los demás mediante la mente. El primer telépata. Ya nunca más tendría que soportar, mientras su dentista le obraba en la boca, la frustración de no poder responder a las preguntas que le hacia.

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Desde su lesión en la rodilla, hacía 13 años, había ocupado el puesto de enterrador municipal. Era buen trabajador y eficiente, tanto cerrando un nicho como cavando una fosa. No obstante, a las gentes del pueblo no les gustaba, pues mientras ejercía su oficio siempre lucia una gran sonrisa en la cara. No sabían, sin embargo, que era por deformación profesional de su anterior empleo: bailarín en televisión.

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De muy niña se inició en el ballet. Lo que más le costó al principio era andar de puntillas, desplazarse apoyando todo su peso únicamente sobre las puntas de los dedos. Con el tiempo fue dominándolo y necesitando cada vez menos superficie para ello. Finalmente, lo perfeccionó de tal manera que podía caminar sobre el aire. Eso sí, siempre llevando su tutú para mantener el equilibrio.